Violante es una de las actrices portuguesas más celebradas a principios del siglo XX. Pero entre los aplausos y el reconocimiento de las multitudes, guarda un terrible secreto. Y eso que esconde la pone en peligro. La segunda muerte de Ana Karenina también es la historia de Luis Henrique, el gran actor que enseñó a Violante los secretos de la actuación, cuando esta era una niña; el hombre mujeriego que se convirtió con los años en su esposo y le prometió un mundo imposible. Alrededor de esta pareja, Rodrigo, el hijo de Violante, escribe cartas a su amante mientras lucha en la Primera Guerra Mundial. Esta novela entra así en el corazón de la realidad y abre el telón de lo impredecible.

El amor sin límites, la traición y la venganza aparecen en estas páginas junto a otras revelaciones que nos hacen leer sin parar, porque quizás nuestra vida misma es parte de la obra, donde somos parte de un público seducido por el drama de los personajes, por la forma en que buscan su revancha frente a la vida. Nos cautivan sus pequeñas alegrías y sus grandes caídas pero, sobre todo, su lucha despiadada por encontrar la estrella de sus deseos, más allá de la vida y de la muerte.